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El estacionamiento del AutoShow de Tokio 2017

Las joyas estacionadas fuera del Big Sight bien podrían competir con las novedades del Salón

El estacionamiento del AutoShow de Tokio 2017

Queda fuera de toda discusión la peculiaridad y encanto que tiene el Auto Show de Tokio que se celebra cada dos años en el centro de convenciones Tokyo Big Sight.

El contraste que tiene Japón entre tradiciones centenarias y modernidad es como un choque de trenes y le da al país del lejano oriente una atmósfera increíble. Su lenguaje, costumbres, escritura, disciplina, orden y respeto por los demás, entre muchísimos otros factores nos recuerdan a cada momento que se trata de un sitio muy especial.

El Auto Show de Tokio es quizá como ningún otro, un reflejo de la sociedad nipona, desde hace cuatro o cinco ediciones, la gran mayoría de los fabricantes extranjeros abandonaron la muestra, ya que jamás lograron crecer en el exigente y localista mercado japonés. Los de lujo como Porsche, Mercedes-Benz o BMW sí participan, aunque con la proximidad del Auto Show de Frankfurt en el que juegan de locales, resulta lógico que no encontremos ninguna premier mundial.

Los conceptos más extravagantes y arriesgados que haya visto se presentan en Tokio, mientras que la movilidad vía fuentes de energía alternas (híbridos, eléctricos e hidrógeno) es un tema protagónico desde hace varias ediciones.

Este año los prototipos más pasionales y atractivos corrieron a cargo de Mazda con el VISION COUPE y el KAI, mientras que el Toyota GR HV Sports Concept con tecnología híbrida heredada del auto que compite en Le Mans o bien el off road e-Survivor de Suzuki bien podría enseñarle una o dos cosas a Jeep. La lista es enorme y puedes ver aquí todas las novedades del Salón de Tokio 2017.

Sin embargo, casi tan interesante como lo que se presenta en el Auto Show es la cantidad de joyas que se pueden ver en el estacionamiento, aquí te dejamos un recuento de los más interesantes.

 

Nissan Skyline GT-R R34

Quizá el deportivo nipón más emblemático de la actualidad sea el Nissan GT-R, y con justificada razón. Conocido también como Godzilla, este auto ha aterrorizado a deportivos mucho más costosos desde hace mucho tiempo.

El modelo actual, de nombre código R35 dio el salto de ser la versión extrema de un Skyline, para convertirse en un desarrollo específico y brutalmente rápido. Sin embargo, con la evolución también perdió algo de su encanto, o por lo menos eso hace suponer la cada vez mayor demanda de sus predecesores, particularmente el R34 que se hiciera famoso como el auto de la generación de entusiastas creada por el video juego Gran Turismo.

El motor, un RB26DETT de 2.6 litros que salido de fábrica entregaba 280 hp, suficientes para hacer un 0-100 km/h en 5.4 segundos. La potencia, enviada a un sofisticado sistema de tracción integral le otorgaban capacidades dinámicas equiparables a las de deportivos que costaban el triple.

Por si fuera poco, con modificaciones relativamente simples, el R34 era capaz  de duplicar su potencia y existen tantas piezas aftermarket, que las posibilidades de personalización son casi ilimitadas.

Adicionalmente, el GT-R R34 se colocó como un icono de Hollywood, cuando Brian O’Conner lo escogió en la segunda entrega de la saga Rápido y Furioso, siendo desde entonces el auto icono del malogrado actor.

 

Toyota AE86 Trueno

El Toyota AE86 es una prueba fehaciente de que el Corolla no fue siempre un auto aburrido, en el mercado japonés también era comercializado bajo el nombre Sprinter Trueno y particularmente se caracterizaba por emplear un pequeño cuatro cilindros de 1.6 litros que dependiendo el mercado entregaba un poder máximo de 130 hp y 149 Nm de torque.

La transmisión era manual de cinco velocidades y enviaba la potencia a las ruedas traseras, mientras que la suspensión era McPherson adelante y una geometría de cuatro brazos atrás, en ambos ejes con barra estabilizadora.

Hasta ahí no parece nada especial, sin embargo, el AE86 fue de los últimos coupés pequeños y ligeros que todavía mantenían la tracción trasera, en una época en la que los autos económicos optaron mejor por la tracción frontal. Esta característica, en conjunto con el bajo peso de unos 950 kilos hicieron de estos exponentes un favorito para entrar en muy diversas competencias, particularmente de turismos y rallies.

Por si fuera poco, su buen balance y simplicidad para ser modificado lo convirtieron en un favorito de aquellos que practicaban carreras callejeras en Japón, muchas de ellas organizadas en descensos de pasos de montaña. Dentro de los que eligieron al AE86 Trueno como su auto para competir estaba Keiichi Tsuchiya, también conocido como el rey del drift.

Lo anterior, así como el protagonismo del AE86 Trueno en la serie de anime Initial D, en el que el protagonista Takumi Fujiwara conducía uno, hizo que el vehículo alcanzara tremenda popularidad, al grado que se han convertido en exponentes muy cotizados.

 

Subaru Impreza WRX STi

Subaru y Mitsubishi, a diferencia de la gran mayoría de los fabricantes utilizaron su participación en los rallies como piedra angular para construir su reputación en la mente de los entusiastas. Tres títulos mundiales en el WRC de la mano de pilotos de la talla de Burns, Solberg y McRae hicieron del WRX un vehículo japonés icónico, mientras que las variantes desarrolladas para calle se convirtieron en deportivos altamente deseados.

Las siglas STi vienen de Subaru Technica International, la filial de alto rendimiento de Subaru y el exponente que avistamos en el estacionamiento del Auto Show de Tokio corresponde a la segunda generación del Impreza WRX STi, concretamente el primer facelift (2005) y como cabría esperar presumiendo el clásico color azul con llantas doradas que tan bien le sientan a estos deportivos.

En el mercado americano recurría a un 2.5 litros bóxer con turbo a 14.5 psi con intercooler capaz de entregar 300 hp y misma cantidad de 407 Nm de torque asociado a una transmisión manual de seis velocidades.

 

Mitsubishi Lancer Evolution V

No podía faltar el otro grande de los deportivos japoneses con orígenes en el rallismo mundial, el Lancer Evolution de Mitsubishi. El Evo como se le conoce cariñosamente era un deportivo exclusivo para el mercado japonés, pero la demanda y mercado gris ayudaron a la firma a animarse a llevarlo a Europa poco antes del fin de los 90s. Sin embargo, a EU llegó hasta el 2003, cuando el Evo ya se encontraba en su octava entrega, a México incluso no fue sino hasta el Evo IX.

Particularmente este exponente en flamante color rojo con sus inmensas luces de niebla y branquia doble en el cofre y teatral alerón posterior es un Evo V, de 98 o 99. Algunos otros elementos como asientos Recaro y frenos Brembo también estaban presentes.

El motor turbo de 2.0 litros con 276 hp y 373 Nm de torque iba asociado a una caja manual de cinco velocidades de radios cortos que evidentemente enviaba la potencia a las cuatro ruedas con la tecnología Active Yaw Control que había debutado en el Evo IV. Utilizando parámetros recibidos de la dirección, acelerador y sensor de fuerzas G, el AYC podía controlar hidráulicamente la cantidad de par motor que había de recibir de forma individual cada rueda posterior.

 

Mitsubishi Lancer Evolution IX Wagon

Si creías que solo los alemanes son asiduos al fetiche de las poderosas Touring Wagon, te equivocas. Mitsubishi entregó en el 2005 el Lancer Evolution IX Wagon, que sería además la primera y última vez que habría un Evo familiar y que compartía la misma estética del rabioso sedán desde la fascia frontal y hasta el poste B. Sin embargo, conforme recorremos el costado hacia el área de carga, las cosas cambiaban y visto desde atrás, luce bastante menos amenazante.

Aun así, mantenía los atractivas llantas, asientos Recaro y volante MOMO, mientras que mecánicamente no había cambios. Es decir, el 2.0 litros turbo entregaba 286 hp y estaba asociado a una caja manual de seis relaciones o incluso automática de cinco.

 

Toyota 2000GT

No fue en el Auto Show de Tokio de este año, sino en un ya lejano 2013 cuando nos encontramos con el más exclusivo (solo se fabricaron 351 unidades) y deseado de todos los deportivos japoneses, me refiero por supuesto al Toyota 2000GT, tanto así que en la rara ocasión que un ejemplar se vende en estos días, la operación supera el millón de dólares con facilidad.

El 2000GT se presentó en este mismo Auto Show, pero de 1965 y dos años más tarde llegó al mercado fabricado por Yamaha bajo comisión de Toyota. La carrocería era de aluminio.

Considerado como un Gran Turismo puro, el Toyota 2000GT está claramente inspirado en el Jaguar E-Type y contaba con un nivel de acabados propio de un auto de lujo de la época.

El motor era un L6 de 2.0 litros tomado del Crown, aunque modificado profundamente por Yamaha para entregar 150 hp, aunque también se produjeron nueve unidades con un motor 2.3 litros. La transmisión era manual de 5 velocidades.

Existió una sola unidad convertible, que fue hecha exprofeso para el filme "You Only Live Twice" de James Bond y se rumora que la razón de que esa única pieza perdiera el toldo, es que era imposible filmar a Sean Connery dentro del pequeño habitáculo del modelo.

 

Lancia Delta HF Integrale

Aquella misma ocasión en 2013, encontramos un ejemplar que mentalmente asociaríamos más con las curveadas carreteras de la Toscana que con Tokio, pero no vamos a negar que los entusiastas nipones tienen buen gusto y este Lancia Delta HF Integrale es prueba de ello.

También un auto con genes en el campeonato mundial de rallies y una joya de colección. El HF Integrale no solo lucía extravagante, sino que técnicamente era una máquina digna de admiración.

Basado en el Delta cuyo diseño fue comisionado a Giugiaro y que en realidad no tenía un diseño nada agresivo, el Delta HF Integrale Turbo no llegó al mercado sino hasta 1986. La motorización corría a cargo de un 2.0 litros que inicialmente entregaba 165 hp y que enviaba la potencia a las cuatro esquinas. Posteriormente el caballaje creció a 200 hp y 210 hp en el Evolution, mientras que el Evolution 2 erogaba 215 hp

 

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