Desde septiembre que se conoce la segunda generación del Jeep Compass, modelo mediano de la marca americana que desde ahora se fabricará junto a su hermano menor, el Renegade, en la planta de Pernambuco.
Entre ambos compartirán todo: base mecánica, suspensiones, sistema de tracción, tecnología y motores. Sólo el tamaño y el diseño los separan, ya que mientras el SUV compacto es cuadriforme y apela a los diseños históricos de la marca, el nuevo todoterreno se emparenta más con el Grand Cherokee, cumpliendo el rol transitar entre el muy deportivo Cherokee y el robusto Renegade (puedes leer nuestra prueba de manejo aquí).
Esta segunda generación acaba de iniciar sus ventas en Brasil, pero se comercializará en más de 100 mercados, incluyendo Chile, a donde debería llegar a mediados de 2017. Se ofrecerá con 17 configuraciones mecánicas distintas, aunque en Brasil está disponible con los motores 2.0 litros Tigershark a gasolina, con 160 Hp y caja automática de seis velocidades, y 2.0 litros turbodiésel con 170 Hp y caja automática de nueve marchas.
Con ambos bloques está disponible la tracción 4x4, y en materia de acabados se ofrecen los tradicionales Sport, Longitude, Limited y Trailhawk.
El frontal es 100% Jeep, con la tradicional parrilla de siete ranuras. Tiene dos volúmenes bien marcados, y luce muchos atributos que dan cuenta de su vocación off-road: protecciones bajas, molduras sobre los arcos de las ruedas, un buen despeje del piso y voladizos cortos con buenos ángulos de aproximación. Otro elemento llamativo es el uso de dos colores en la carrocería.
Por dentro luce un diseño minimalista y muy en la línea con lo visto en todos los modelos de la marca, donde todo gira en torno a la pantalla táctil y el sistema U-Connect, y con salidas de aire verticales.
El nuevo Jeep Compass tiene un precio de salida en Brasil de 98 mil reales, unos US$ 30.000 o $20 millones de pesos. Vale saber si mantendrá esos valores cuando aterrice en Chile.